miércoles, 23 de diciembre de 2009

Villancico negativo

Los buenos deseos me sacan ronchas. Los villancicos me hacen amar el heavy metal. Me gustaría que aparecieran dinosarios tras las colinas de papel maché de los nacimientos, y que devoraran al niño dios y a los pastores y las ovejas los destruyeran por completo. Ya sé que este sentimiento antinavideño está tan extendido que incluso tiene un nombre entre las enfermedades del fin de los tiempos, por ello, en vez de destilar rabia como espuma de sidra santoclós, copiaré un villancico de Sánchez Ferlosio, escrito cerca del año de mi nacimiento, un villancico para cantar secretamente mientras se brinda por la felicidad y la salud:

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si amanece la arrogancia
de la fuerza y el valor,
niño débil y cobarde,
niño noche y deserción.

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si relumbran los fusiles
de la blanca afirmación,
niño oscuro, niño inerme,
niño niebla y evasión.

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si los médicos prescriben
la alegría y la salud,
niño triste, niño enfermo,
sin niñez ni juventud.

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si en el quicio de la carne
la palabra se escindió,
niño niño, niño niña,
niño luna, niño sol.

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si a la luz de la justicia
toda culpa se aclaró,
niño bueno, niño malo,
sembrador de confusión.

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si la lógica decide
de la verdad y el error,
niño cierto, niño falso,
blanco de contradicción.

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si entre la carne y el verbo
imposible fue el amor,
niño nadie, niño nunca,
miño nada, niño no.

4 comentarios:

Cerbero dijo...

Scrooges con blog, su antinavidad es peor que el peor de los villancicos: predecible y buscando compañía. Y además se ayuda de un poeta ajeno... En fin: mis mejores deseos para el año nuevo, y por favor suba el nivel de su amargura, que, entre otras cosas, se digiere sola, sin público.

Luigi Amara dijo...

Van también mis mejores deseos, Julio, que ese es el problema de la Navidad, que incluso los sentimientos en contra son predecibles, como predecible es querer que haya novedad en la amargura.

Monserrat sin t. dijo...

¿Cuál niño, oye?

laberintodeandrea dijo...

Sabes me vi la pelicula El Anticristo de un director Polaco que se estreno este 2010 y rima muy bien con tu poema yo soy un producto antinavideño vengo de un hogar triste y vacio hice un hogar infernal en el cual crie a mis hijos el nido infernal quedo vacio ya que los polluelos huyeron a temprana edad enloqueci sali de aquello y voy por el mundo jugando porque a pesar de todo me encanta la vida me regocijo en ella..... quiza por eso no he pensado nunca en matarme...........