sábado, 3 de marzo de 2012

(R)evolución sin violencia: una nueva ética civil


El texto que viene en seguida proviene de la conversación y el encuentro de opiniones entre personas que consideran crítica e insoportable la actual situación del país: una sensación bastante común en nuestros días. Se trata de un conjunto de principios o puntos de partida que buscan la reflexión, aprobación y apropiación de los lectores con el propósito de poner en marcha acciones civiles efectivas que no necesariamente tengan que pasar por instituciones o partidos políticos, es decir acciones que intenten poner límites a los agravios sociales y económicos que constantemente sufren los ciudadanos en su vida cotidiana. Para ello se puede actuar a pequeña escala según las posibilidades de cada quien, formar grupos, proponer reuniones para tratar los asuntos comunes, denunciar, señalar a los delincuentes, pelear para no continuar siendo víctimas de la criminalidad, la corrupción, la burocracia y los abusos del poder económico. No esperemos que el poder político y el económico resuelvan los problemas más graves de la sociedad: no lo han hecho, ni podrán hacerlo si el ciudadano no se rebela y se convierte en actor principal.

Los siguientes no quieren ser principios dogmáticos ni parte de un programa político ortodoxo, sino puntos de encuentro para llevar a cabo reflexiones y acciones que ayuden a la comunidad a defenderse en una sociedad cada vez más injusta. Cada quien, desde su posición en esta sociedad, puede contribuir a divulgar y reforzar las ideas de este documento que le parezcan más convenientes. Varias personas hemos conversado sobre preocupaciones comunes y hemos coincidido en que los principios o puntos siguientes pueden ser valiosos para pensar la sociedad de manera distinta, sin necesidad de enredarse en las formas tradicionales de hacer política: no todos hemos coincidido en todos los puntos, pero las discrepancias han sido en este caso más bien una suma que una resta. En el curso de la discusión, además de obtener nuestras propias conclusiones, nos hemos apropiado de ideas convenientes para los fines que perseguimos sin detenernos a pensar si estas ideas, o sugerencias prácticas, provienen de tal persona o grupo (buscamos ideas y soluciones, no líderes o caudillos). Este escrito se añade a otras manifestaciones que desean en nuestro país y en la sociedad contemporánea un cambio profundo y sin violencia a través de la acción y de un mayor peso del ciudadano en la vida civil. Hemos elegido la palabra Revolución pese a su viciado contenido histórico, sin embargo creemos que son las acciones las que dan nueva vida y sentido a las palabras. Los puntos siguientes no han sido escritos en orden de importancia.

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